viernes, 11 de junio de 2010

SEÑOR LAVIN SI DE VERDAD LE PREOCUPAN LA EDUCACION DE LOS NIÑOS, HAGASE CARGO DE LOS PROBLEMAS VERDADEROS

Hoy, martes 8 de junio, el Ministro de Educación ha sido “citado” a la Cámara de Diputados a dar cuenta, y responder las inquietudes que circularían entre las bancadas por el resultados del SIMCE. Las comillas señalan que en definitiva esta sesión ordinaria no es más que una maniobra de la bancada de la UDI, la que trata de neutralizar la sesión del día 9 de Junio, que gira sobre otra preocupación: los despidos sistemáticos y a gran escala que lleva adelante el Ministerio de Educación. No como un hecho aislado, sino que como un plan predeterminado de los asesores del Ministro los cuales trabajan como mano de hierro en esas dependencias.

La ponencia del Ministro Lavín gira, y no dejará de seguir girando, en apuntar a la crisis de la educación actual en la relación alumno-profesor que se da al interior de la sala de clases, haciendo abstracción de todas las otras variables. Vistas así las cosas los alumnos parecen ser víctimas de profesores ignorantes e insensibles, unos gana panes, que no saben y tiene desidia por cualquier esfuerzo que los lleve a hacer bien su trabajo. Es más, su plan de acción señala que “donde sucede aquello” los Padres y Apoderados deben ser informados, con banderas rojas clavadas sobre los techos virtuales del establecimiento, para que saquen a sus alumnos y los lleven de la mano a uno de “color amarillo” donde un sostenedor se frotará las manos, por el nuevo cliente que le han traído, gracias a un modelo diseñado para esa mecánica.

Quien quiera que escuche esa retórica, y vea su gesticulación, puede ser sorprendido sino cabila en torno a las reales razones que explican la actual situación, de la cual el Sr. Lavín debe hacerse cargo.

La actual situación se explica, en primer lugar, por la acción vandálica de Augusto Pinochet, al darle luz verde a sus técnicos del sector educación, quienes golpearon con una estocada profunda a la educación pública con vistas a convertirla en un campo de negocios, ya no como educación privada de congregaciones religiosas o fundaciones, sino como botín de guerra de gente sólo interesada en meterse al bolsillo las subvenciones estatales, sin tener la menor idea de educación. Señor Lavín, ponga fin a esta situación. Ponga a su ministerio a la cabeza de la educación chilena, como fue desde los orígenes remotos. Cuando los inescrupulosos asesores del dictador vieron en la educación un objeto, o mercancía, para que la “mano invisible” del mercado operara, estos deben haber visto en la educación pública demasiado lujo para gente que no la financiaba, ni la merece.

La actual situación se explica porque los apetitos privatizadores de la educación, y los deseos de ganancia en relación a los pagos que hace el MINEDUC no han cesado y se mantiene en pie. Sr. Lavín, ponga fin a esa situación. Deje de gobernar con lógica de mercado, crea en la ciencia, tenga una mirada filosófica moderna, crea en la razón, y sea menos medieval; dejándolo todo a la incertidumbre o buena voluntad de Dios. Convénzase que los planes en educación son los rieles por los cuales debemos avanzar, de lo que se trata es tener una buena locomotora, y ese es su Ministerio.

Deje de ver en los profesores una parvada de inoperantes, incultos, consumidores, amigos de la farándula, gritones de sala, e incapaces de llevar a la práctica una buena clase que logre trasmitir conocimientos a los niños. La realidad no es así. Es diferente. Haga el ejercicio de tomar un domingo cualquiera “El Mercurio”, y postule a esos avisos que publican los “sostenedores”. Firme un contrato por un año y hágase cargo de la responsabilidad de trabajar con un curso cualquiera, por así decir, de una comuna cualquiera como puede ser Puente Alto. Trabaje para un colegio en el cual la “dueña” maneje ese colegio como uno de sus negocios donde encontrará, restaurantes, parrilladas, carnicerías, hoteles y cosas así. Conozca a sus sostenedores Sr. Lavín, esa es la gente a quien se les traspasa los dineros públicos, provenientes de los impuestos para hacer educación con esos niños por quien Ud. rasga vestiduras.

Sr. Lavín trate de poner orden en esa sala. Por favor haga el ejercicio. Ud. lo dijo en su exposición; “los profesores deben poner disciplina”. Logre que sus alumnos apaguen los celulares, inténtelo. Haga un esfuerzo supremo y logre que se saquen sus MP3, MP4, de sus oídos. No les hable muy fuerte, porque son clientes y le pueden acusar, el Sr. Director por mandato del sostenedor siempre le dará la razón a ese alumno que le faltó el respeto, porque su trabajo es no perder una matrícula. No se le vaya a ocurrir tomar la asistencia y anotarla en el libro de clases, ese es un trabajo que hacen los inspectores, por especial encargo del Director. Nunca en ningún escenario vaya a tener más de cinco alumnos bajo la nota cuatro. Si lo hace, la UTP lo hará responsable y le obligará a realizar horas extras (sin pago) para “nivelar”. Pero eso no será necesario, Ud. obedecerá, y no se hará mala sangre.

Pero, no se preocupe, si un día no puede controlar su curso, llame a los inspectores de patio ellos llegaran presurosos a poner orden y con gestos de cuarteleros o gendarme someterán al alumno, lo doblegaran, lo mandaran a su casa, lo suspenderán y en caso extremo lo expulsarán, pero ese trabajo no es suyo es de los inspectores. Ud. tranquilo no haga nada, ya el orden volverá por algunos minutos y podrá “hacer su clase”, es decir deberá seguir tratando de poner disciplina.

¿Le hablé del Director?, pero no se preocupe, nunca lo conocerá, Él solo se relaciona con la UTP, los inspectores y uno que otro profesor, él teme acercarse a Ud. le mantendrá a distancia, nunca será su amigo, a lo menos para fines de buena convivencia. ¿Sabe porque Sr. Lavín, porque el 27 o 28 o quizás el 30 de diciembre Ud. será necesariamente despedido. Al día siguiente tendrá que volver a El Mercurio y buscar otro avisto para hacer clases el año próximo.

Esa es la educación basada en sostenedores. No la queremos. Exigimos volver a nuestra historia, queremos volver a un sistema responsable basado en la Educación Pública, heredera de la mirada profunda de visionarios como fue Pedro Aguirre Cerda, o la maestra de Temuco, Gabriela Mistral, o los sueños docente de ese estudiante de pedagogía en Francés como fue Pablo Neruda.

Hay una cosa muy fuerte en esta situación, dice relación a la ética que sustenta esta política educacional de la derecha. Es sabido que, el siglo XIX, Frederic Nietzsche había proclamado la muerte de Dios: “nosotros lo matamos”, señaló. Obviamente se refería a este Dios de occidente; ya no se puedes sustentar un Dios, único, bueno, bello y verdadero, con una práctica moral que niega esa teología, y le da un portazos a las cuestiones esenciales del cristianismo. Toda esta realidad que sufren nuestros niños, el niño chileno, como se titulaba ese antiguo silabario, es un ejemplo de ello. A ese niño, los asesores del Sr. Lavín con absoluto estado de conciencia, a sabiendas a que se le someterán intelectualmente, lo aplastan con esta política tendiente a terminar con la educación pública en todos sus estamentos. No olvidemos que el mismo Sr. Piñera alguna vez dijo; si conoces la cuna ya tendrás una idea del tipo de urna con la cual le enterrarán.

La principal contradicción que lleva en sus hombros la derecha es que niega en los hechos la moral que proclama. Sus máximas morales no valen nada, no la respetan, ni las aplican; y todo a cambio del dinero, esa es su única medida, le han arrebatado el saco de treinta monedas a Judas.

Esta contradicción no la podrán superar, un torrente de energía política saldrá a las calles. Un amplio acuerdo político y social se abrirá pasó. Una nueva alternativa se levantará. La madre de todas las batallas de nuestra época histórica, el tipo de educación, la ganarán los muchachos que marchan por su futuro. Por los profesores que mantienen su dignidad y llevan en su alma la escuela pública, el espíritu de los profesores normalistas ganará y se reproducirá en los establecimientos de educación superior que hoy los forman. Los Pedagógicos serán reanimados y se harán cargo de que estas nuevas generaciones lleven a las aulas de clases la ciencia y las artes; el viejo Sócrates no habrá bebido la cicuta en vano.